Entre el 27 de junio y el 5 de julio tuve la alegría de visitar al H.  David Cuenca en Cutervo, Perú. Fue una oportunidad para compartir la vida cotidiana con él y con la comunidad jesuita que lo acoge periódicamente como una referencia pastoral y espiritual.

            Durante esos días, convivimos con los cuatro jesuitas que viven en Jaén, compartiendo comidas, conversaciones y visitas a algunos lugares significativos.

            Conocimos el colegio Fe y Alegría que ellos animan, un espacio donde la educación tiene rostro de compromiso social y de cercanía con los jóvenes.  

            Uno de los momentos más especiales fue participar en la primera misa de un sacerdote diocesano recién ordenado.  Fue una celebración sencilla, pero llena de sentido, marcada por la gratitud y la alegría de la comunidad.

            Ya en Cutervo, nos encontramos con el H. Tomás Villalobos, que llegó para comenzar una semana de formación en Pastoral Juvenil. Participaron jóvenes que llevan ya un año caminando juntos y otros que quieren sumarse. El objetivo es ir generando un camino pastoral que combine vida, formación y compromiso, parecido a lo que también intentamos en Chile.

            Durante la semana, también tuvimos instancias para compartir con profesores del colegio en momentos más distendidos, de conversación y encuentro fraterno. Aunque el viaje no es fácil —con muchos tramos de montaña y curvas interminables—, vale la pena cada kilómetro recorrido por la riqueza de lo vivido.

            Siempre es una alegría encontrarse con David, con la comunidad del colegio Fe y Alegría 69-San Viator y con los jóvenes que poco a poco van asumiendo un rol más activo y comprometido en el proyecto educativo y pastoral que los anima. Fue una semana llena de vida, de escucha, de caminos que se cruzan y se iluminan mutuamente.