La asamblea de la comunidad viatoriana celebrada en Guadarrama, Madrid, entre los días 29 de noviembre y 3 de diciembre, como todo encuentro internacional, fue un momento de gracia y gozo, tanto por las relaciones fraternas que se establecen, como por el impulso que recibimos para volver con renovadas fuerzas a nuestros países para continuar con el desarrollo de nuestra misión. La delegación de Chile estuvo conformada por el P. Marcelo Lamas, P. Eduardo Millán y el asociado Sr. Cristian Estay. El P. Rodrigo Andrade realizó el servicio de secretario general durante el encuentro.

         La tercera asamblea que hemos vivido ha seguido el camino trazado desde hace 32 años desde la promulgación de nuestra constitución en que se aprobó la incorporación de miembros asociados a la congregación. Sucesivos capítulos y asambleas han dado pasos para profundizar en el don de la comunidad viatoriana, favoreciendo que muchos laicos puedan enriquecer su vocación cristiana con el carisma viatoriano y enriquecernos a nosotros con su testimonio de vida.

         Impulsados por el Papa Francisco, nos encontramos en un momento eclesial primaveral. El Papa está promoviendo cambios profundos en ciertos elementos de la estructura eclesial y en el modo de hacer pastoral y acercarnos a las esperanzas y angustias de los hombres. Existen resistencias en ciertos círculos eclesiales ante estos cambios, pero eso no le impide al Papa continuar suscitando un proceso de conversión en todos los niveles.

         El Señor me invita a adherirme con un profundo espíritu de fe a las orientaciones del Papa y junto con ello, me llama a adherirme con la misma confianza a lo que los capítulos y asambleas generales nos han propuesto y que se reflejan en las decisiones capitulares y en la carta de la comunidad viatoriana. No me coloco en ninguna trinchera, para defender ni atacar a nadie, sino que me pongo en camino al lado de la comunidad provincial e internacional, para seguir buscando, en la incertidumbre de la vida, pero con recta conciencia, la voluntad del Señor.

         Reconociendo que la palabra es símbolo y tiene la capacidad de cambiar la realidad si nos hacemos dóciles y disponibles a ella, desearía compartir como aprendizaje y compromiso a partir de esta asamblea, las palabras que deseo transformarlas en actitudes. Estas son: escuchar, dialogar, discernir, confiar, consensuar, aceptar y valorar.

         Finalmente quiero agradecer a los hermanos y hermanas de la Provincia de España que nos acogieron fraternalmente, y a todo el consejo general por la preparación y organización de esta asamblea.

         Invito a leer atentamente los documentos publicados en la WEB de la dirección general, comprender su sentido y meditar la responsabilidad que nos toca en el cuidado y desarrollo de la comunidad viatoriana.